Cómo limpiar los cristales?
Al adquirir un cristal o usarlo en algún proceso (meditación, sanación), es importante hacer una limpieza habitual, intencionándola desde el corazón, sabiendo que es necesario que la energía densa que se ha acumulado en él, debe ser removida.
- Con agua, ya sea de una fuente natural como un río o arroyo; agua de lluvia o con el agua de grifo en un recipiente de vidrio idealmente transparente, entre 30 minutos y hora, posteriormente secarlos con un paño suave.
- La primera vez que se limpia un cristal se puede usar sal marina, se los puede dejar de 2 a 24 horas, luego enjuarlos y retirarles toda la sal de tal manera que no queden residuos. Tener cuidado con el uso excesivo o contínuo de sal porque puede deteriorarlos y hacerles perder su brillo natural.
No todos los cristales se pueden exponer al agua, como por ejemplo: ámbar, angelita, coral, fluorita, labradorita, malaquita, selenita, turquesa, rodocrosita, azurita, cianita, kunzita, turmalina, hematite, pirita.
Con otros cristales: especialmente con las geodas o drusas de cornalina, citrino, cuarzo transparente.
- Con Humo de salvia, palo santo, copal, mirra.
- Con el sonido de los cuencos tibetanos.
- Sobre la tierra, dejarlos en contacto por 60 minutos; también se puede utilizar tierra o arena en un recipiente de vidrio, enterrando el cristal, exponiendolo a la luz del sol.
- Introducirlos en arroz integral
Una vez se hayan limpiado, se los recarga con la energía de la luna llena ó con la energía del sol, idealmente en la mañana; con la precaución de que los cristales como la amatista, citrino, cuarzo rosado no pueden exponerse al sol más de 60 minutos porque pueden perder su color.